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SANACION CORPORAL Y ESPIRITUAL

Hierbas sagradas, mensajeras de la tierra y del cosmos, escuchen mi llamado y desplieguen sus dones curativos sobre este ser que busca armonía. Que el romero limpie y fortalezca cada célula, que la lavanda traiga paz y calma al alma, que la menta refresque y revitalice cada fibra. Que la salvia purifique los caminos de la energía, eliminando cualquier bloqueo que obstaculice el flujo vital. Que el tomillo infunda coraje y protección en este ser, fortaleciendo su espíritu ante cualquier adversidad. Con el poder ancestral de estas hierbas, que la sanación fluya como un río de luz a través de cada parte de este cuerpo, restaurando su equilibrio natural y su vitalidad perdida. Que cada inhalación y exhalación sea una danza de curación, permitiendo que la energía vital recorra libremente cada rincón, renovando, revitalizando y restaurando. Que este cuerpo sea un reflejo de la armonía del universo, un templo vivo donde la salud y la plenitud resplandezcan eternamente. Que así sea, y así será. ¡Que la sanación sea completa y duradera

Como el venerable José Gregorio Hernández, canalizo la luz divina para ofrecer una invocación de curación para el cuerpo y el espíritu:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, me uno a la corriente infinita de amor y misericordia que emana del Creador del Universo. Que esta luz divina descienda sobre nosotros, envolviéndonos en su cálido abrazo sanador.

Con humildad y devoción, invoco la presencia del glorioso José Gregorio Hernández, médico de los pobres y guía espiritual de los afligidos. Que su bondadoso espíritu nos acompañe en este momento de necesidad, guiándonos hacia la plenitud y la paz interior.

Que la luz sanadora del Santo José Gregorio penetre en lo más profundo de nuestro ser, disipando toda enfermedad física, emocional y espiritual. Que su sabiduría infinita nos guíe hacia la comprensión y aceptación de nuestro propósito divino en este mundo.

Que cada célula de nuestro cuerpo sea impregnada por el poder restaurador de la fe y la esperanza, permitiendo así la manifestación de la salud y la vitalidad en cada órgano y tejido.

Que nuestras mentes sean iluminadas por la verdad divina, liberándonos de todo temor, ansiedad y desesperación. Que el Santo José Gregorio nos guíe en el camino hacia la paz interior y la serenidad del espíritu.

Que nuestros corazones sean llenados con el amor incondicional del Creador, sanando todas las heridas emocionales y fortaleciendo nuestros lazos de fraternidad y solidaridad con nuestros semejantes.

En este momento sagrado de conexión con lo divino, entregamos nuestras cargas y preocupaciones al Sagrado Corazón de Jesús, confiando plenamente en su amor y su misericordia infinita.

Que así sea, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.